lunes, 12 de julio de 2010

El Nuevo Lujo

Una Noche Mágica
Autor: Ninés B. Doyle


Paris encarna el lujo y lo reinventa. En la actualidad el lujo no es lo que se posee sino lo que se vive. ¿Y cómo cuantificar la vivencia? Pues a base de exclusividad y emociones. Este es el caso de la noche mas exclusiva, chic y low cost que se realiza bajo el más extremo secretismo una vez al año, en la ciudad de las luces.
Hace 20 años, un grupo de amigos amantes del “joie de vivre” decidieron organizar un pic-nic multitudinario bajo una sola consigna: respetar el glamour y el brillo que Paris se merece.
La cita se repite año tras año y hoy, más de 4000 invitados tienen la oportunidad única de ser invitados para cenar bajo las estrellas en los lugares más emblemáticos de París: Pont des Arts, el Campo de Marte, la Torre Eiffel, la pirámide del Louvre, la Plaza del Trocadero, la Plaza Vendôme, Versalles, la plaza de Notre Dame, la explanada de los Inválidos, los Campos Elíseos, la Plaza de la Concordia...


¿Y este año .... ?
Cuando una amiga me invitó a participar de este exclusivo evento sólo me dijo que siguiera a rajatabla las siguientes consignas que me harían llegar por mail los organizadores:
Hombres y mujeres debíamos vestir de blanco y con sombreros.
Los caballeros debían llevar una mesa de bridge y dos sillas plegables y las damas una cesta con mantel de hilo blanco, nuestra mejor vajilla (también blanca) y una romántica vela para alumbrar el menú que constaría de una entrada, un plato principal, postre, champagne y vino.
Los invitados, vestidos de blanco con un sencilla elegancia, fuimos citados a las 20,30 en una de las tantas plazas de un tranquilo quartier de Paris donde nos esperaba un autobús con el apellido de nuestro anfitrión.
Con una eficiencia digna de asombro se acomodaron todas las cosas en el maletero y a las 21 hs en punto partimos con rumbo incierto.


Tan pronto enfilamos en dirección al Louvre lo que se desarrollaba frente a mis ojos era increíble….

Ejércitos de hormigas blancas cruzaban el Pont des Arts, y atravesaban las calles que rodeaban los Jardines de las Tullerias. Por fin el secreto mejor guardado se develaba: ¡LES TUILLERIES!


Con una copa de champagne en la mano y, embriagada por la magia de esta noche de ensueño, la música de cuatro orquestas sonaba de fondo. Mirara por donde mirara, miles de originales sombreros blancos desfilaban por estos jardines testigos de tanta historia. Esta noche todo era alegría, risas, baile y simpatía.
A las 12, como en la historia de Cenicienta, una trompeta de caza sonó dando la señal de retirada. En 5 minutos recogimos nuestras cosas y sin dejar el mas mínimo rastro de nuestro "diner en blanc" buscamos los autobuses para regresar cada uno al lugar de partida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario